ENCONTRAR TU PROPIA IDENTIDAD EN LA SOSTENIBILIDAD
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La moda necesita cambiar su narrativa sobre la sostenibilidad de culpa a una de alegría.
Vestirse se ha convertido en un campo minado político y moral. Por un lado, está la alegría de que un paquete llegue a casa, lo que indica una nueva oportunidad para vestirse y sacudirse de la oscuridad de los últimos dos años. Mientras que, por otro lado está sentir culpa y vergüenza de que cada una de nuestras compras esté contribuyendo al inminente apocalipsis climático.
La idea de que cada vez que nos vestimos es una oportunidad para contar una nueva historia sobre nosotros mismos, es una de nuestras creencias más extendidas.
La pandemia nos ha revelado el deseo de muchos de nosotros de contar nuevas historias y la moda nos permite recordar quiénes éramos y sobre todo nos permite mirar hacia adelante y contar nuevas historias sobre en quién queremos convertirnos.
Según algunas investigaciones, el 65 por ciento de las mujeres y el 56 por ciento de los hombres sienten que su confianza en sí mismos está "fuertemente influenciada" por la ropa que usan. Pero cuando se trata de moda sostenible, el sentimiento más común es la culpa, y la mitad de los consumidores ni siquiera están seguros de lo que significa la sostenibilidad en el contexto de la moda.
Afortunadamente cada vez más de nosotros entendemos que el ritmo de consumo, en la industria de la moda, simplemente no puede continuar al ritmo que lo ha hecho en los últimos años.
En el año 2018 se encontró que el número de prendas de vestir compradas por persona, se ha duplicado con respecto a la década anterior, y el número de veces que un artículo se usa antes de desecharse, ha disminuido un 36 por ciento en comparación con hace 15 años. Lo que actualmente definimos como fast fashion o moda de usar y tirar.
Y el gran problema es que el mensaje de comprar menos, pero mejor, aún no está aterrizando de la manera correcta. En parte, porque cuando hablamos de ello, lo que imaginamos son prendas a modo de uniforme colectivo, en azul marino, beige o negro.
Y aunque todavía queda mucho trabajo por hacer, hay razones para el optimismo, las marcas realmente estámos empezando a adoptar medidas para el cambio, por ejemplo en AAIN no utilizamos las típicas bolsas plásticas de las empresas de mensajería, utilizamos las nuestras propias hechas a partir de reciclados, todas nuestras etiquetas provienen de papeles reutilizados y nuestras producciones son pequeñas, controladas y provenientes de talleres ética y ambientalmente responsables, buscando minimizar nuestro impacto a través de la innovación y la utilización de tejidos amables con nuestro planeta.
Cuando pensamos en ser más sostenibles, no se trata solo de decir no a las compras freneticas, sino de decir sí a las compras de maneras nuevas y emocionantes, de que lo que usamos defina lo mejor de quién queremos ser, y encontrar más alegría en los productos y comportamientos sostenibles.
La moda a menudo lidera el camino en términos de ayudar a definir las historias que la gente quiere contar sobre sí misma. En AAIN estamos creando prendas que te ayuden a contar nuevas historias, historias en torno a la sostenibilidad, que nazcan desde la alegría, el optimismo y se alejen de la culpa, ayudando así a la recuperación a largo plazo de la industria.
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